La prímera vez que le pasó fue a los quince años, estaban en clase de literatura,dando el Romanticismo,por los ventanales se filtraba un sol de justicia, la profesora comentó en el claustro,que se habiá quedado arrobada,sin moverse,catatonica. Las palabras no le llegaban y el orientador del IES atribuyó los síntomas a un posible desorden alimenticio. En casa se fueron repitiendo esos estados alterados,donde los colores la poseian,el aire la traspasaba, las voces quedaban amortiguadas por el silencio y un estado de plenitud absoluta tomaba el mando. Cada vez fueron más frecuentes y salía de ellos extenuada,cansada y buscando el sueño reparador. Al volver ya no fue la misma, necesitaba que cerrasen las persianas y se instalaba en la soledad de su cuarto. Buscando esa unidad de los sentidos donde todo esta conectado y ella formaba parte. Una luz amarilla me atraviesa la pelvis. . Las células epidérmicas emiten sonidos de satisfacción y el universo me aspira,me posee, sístole ,diástole ...
Es un lujo contar con un cuarto propio. Mi deseo es que sea un lugar de encuentro, que sirva para pararme ,descansar, reflexionar ,compartir lecturas, sueños, fantasías, escribir con más disciplina y aprender cosas nuevas.