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Mensajes de amor



Aunia Kahn combina fotografía con ilustración y le impregna un sombrío halo de misterio a sus imágenes.




El salón permanece en oscuridad, no hay contornos, el telón cerrado solo una de las ventanas deja pasar una rendija de luz. Echada en el sofá y tapada con la manta permanece ajena al día, a la noche, al teléfono móvil, al ordenador....
Encerrada en ese útero confortable, sabe que no podrá resistir y le dará a la bandeja de entrada. Ese no hay mensajes, es como un escupitajo denso y que ha hecho diana.
Puede leer lo anterior, dejarse mecer por las palabras, prender por el deseo, imaginar, sentir nostalgia que es como poner velas cuando se tiene miedo.

Los últimos mails estaban llenos de perífrasis. De sobrentendidos...; había entre ellos una regla tacita y no escrita. Solo hablarían de las citas mutuas de lo que habían hecho y lo que les quedaba por hacer. Lo cotidiano, lo querido, lo habitual, etc; quedaba fuera….
Eso sí eran como haikus diarios. Al leerlos se ponía roja, tapaba la pantalla como si todos los demás tuviesen acceso a esa palabras que rebotaban en su cuerpo hacían que la sangre se concentrase, era consciente del roce de la camisa, de los zapatos demasiado apretados y de ese corazón que parecía alojarse en lugares insospechados.
-¿Sabes nuestras fechas coinciden? hace cien años
Joyce conoció a Nora Barnacle, una joven que trabajaba como doncella en Dublín. En junio Nora le concedió la primera cita, suceso que marcó en tal medida a Joyce que años después elegiría esa fecha, 16 de junio de 1904, para encerrar en ella toda la trama de su novela Ulises.

¡Es entupido!, qué se quedase boquiabierta con esas ensaladas de fechas, como si la casualidad se hiciese dueña de su destino. Lo literario la deslumbró. Oía su voz y quería que siguiese hablando.
Citas en el despacho, en un hotel y la última vez en su casa..... A veces presurosas, descarnadas, sin antes, ni después, arrebatadas por la prisa y el temor. Estas eran las mejores .Las del hotel eran más cutres: relojes sincronizados, primero tú, luego yo...; Terminó llevando un bolso de Mary Poppins con mantita de supervivencia, bombones y neceser.
Nunca quedaron en un parque, una cafetería, en la calle.
La conversación pasado los primeros subidotes se convirtió en algo inexistente. Cuadrar fechas y citas les llevaba todo su tiempo.



“Eres siempre mi hermosa flor silvestre de los setos,
mi flor azul oscura empapada por la lluvia”.


Un instante te veo como una niña y al instante siguiente te veo experimentada, audaz, insolente, abierta y obscena.

Tardo un tiempo en leer las Cartas de amor a Nora Barnacle se dirigía a la casi iletrada Irlandesa de Galway para sobrellevar un
fastidio que es el deseo de ella
: “Estoy todo el día excitado“.En su ilimitado egoísmo, prefería que el alma de su amada fuera lenta y penosamente creada por él”. En las cartas, Nora ocupa un lugar de escucha:
Cartas insolentes. Una carta sucede a otra, reaparecen los celos
, los reproches, el fetichismo- incluso- que lo hace pedirle que ni las
lavanderas vean su ropa interior- porque son cosas
secretas, secretas, secretas- y confesiones de su autocastigo.




Finnegans Wake es la última novela publicada en vida por el escritor James Joice. Termina con un padre teniendo sexo con su hija... Por otro lado, hay cartas que demuestran que Joyce hablaba con Lucia en una jerga similar al lenguaje fragmentado multilingüe que utiliza Joyce en Finnegan's Wake. Hay pruebas de que diversos especialistas que analizaron a Lucía no diagnosticaron su problema como esquizofrenia. De hecho, ella fue analizada por Carl Jung, que concluyó, tras leer el Ulises, que era su padre el que padecía esquizofrenia. Jung concluyó que tanto Lucia y su padre "eran dos personas dirigidas al fondo de un río; con la diferencia de que él nadaba, y ella se hundía".


Percibe el peligro, lo obsceno, lo irresistible. Los encuentros se asocian a los mensajes. Al principio los quiere y después los teme.
Su adiós fue dejar el tanga escondido a un lado del sillón de su despacho.

Comentarios

  1. Me parece muy interesante tu entrada. ¿Sabes Clara? Tengo ambos libros en mi biblioteca. Finegans Wake lo comencé a leer una vez y lo dejé. ULysses nada aún. Hasta ahora no he tenido la disposición para enfrascarme es esas lecturas, pero ahora después de leerte, me dan ganas, así que los pongo en mi lista de pendientes a mediano plazo.


    Besotes y gracias por lo que me dices de mis miércoles, Yo feliz de que no te los pierdas.

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  2. Encerrada en ese útero confortable, sabe que no podrá resistir y le dará a la bandeja de entrada. Ese no hay mensajes, es como un escupitajo denso y que ha hecho diana.
    Puede leer lo anterior, dejarse mecer por las palabras, prender por el deseo, imaginar, sentir nostalgia que es como poner velas cuando se tiene miedo...
    ESTA PARTE DE TU TEXTO ME HA CONGELADO EL ALMA.

    La imagen es impactante.
    El resto de lo que contás raya con lo exquisitamente trágico, una combinación irresistible para el lector.

    Brillante, Señora de Letras, es un honor leer en este espacio.

    SIL

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  3. No hay que ser C. Jung para darse cuenta que para escribir el Ulisis hay que ser esquizo. ¿Y para empezar a leerlo? no necesariamente, y ¿para terminarlo? cuando se termina de leer se tiene la respuesta.
    Una edición con una reflexión muy densa propia para adentrarse en la topografía y los mapas ocultos del Ulises Joyciano que pretenden acercar siempre el exterior y el interior de Nora...acercamiento y búsqueda donde hasta las flatulencias cuentan o argumentan.
    Saludos!!!

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  4. Estupenda entrada, y además, has tenido el tino de acompañarla de una imagen muy llamativa. Besos.

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  5. Lo intenté con Ulysses un par de veces.
    Fracaso absoluto.
    Fui a ver una exposición sobre su vida y obra. En le libro de firmas había varias en que la gente manifestaba su dificultad para acabar el libro.
    Y yo me pregunto.
    Tan tontos somos?
    Quizás si.
    Pero leo a otros y me gustan.
    Quizás esté sobrevalorado. Precisamente por la dificultad de leerle. No sería el primero.

    Besos.

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  6. Cuanto menos interesante a más no poder el señor Joyce...siempre con esa aura de misterio y controversia en torno a su propia persona. La verdad es que Ulysses es una lectura ciertamente difícil en muchos aspectos, pero una vez superada...yo creo que ya se puede con todo ;) La imagen es verdaderamente escalofriante, apunto el nombre de la autora. Como siempre pasarme por aquí me deja un buen sabor de boca...un olor a aprendizaje y a buen gusto :)
    Un beso enorme!!!
    Favole

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  7. @Miryan

    Para algunos libros se necesita disposición a mi me pasa lo mismo,hasta que un día...te llaman.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. @Sil:
    turulata con tus palabras y un alegrón inmenso .
    Abrazos siempre.

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  9. @Dilman:Exterior o interior.Lo corporal es un agrio mensaje.Las miserias cotidianas...Me apasiona lo que dices,como siempre.
    Besos

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  10. @el dinosaurio:la foto me encanto y dije me la llevo.Besosybesos

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  11. @toro salvaje:

    A mí me costo....si quizas este sobrevalorado.

    un abrazo

    ResponderEliminar
  12. @tropiezos y trapecios:
    El Sr Joyce se las traé.

    La imagen es lo mejor...Te sigo en facebock.

    Abrazos

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SMS

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TOMANDO EL FRESCO

Otra ola de calor.No sé porque las llaman olas.Y que pasa con la séptima ola. Recuerdo de veranos en el pueblo de mi abuela,atravesar la plaza era insensato,te derretías y las imagenes eran en colores desvaídos,los hombres seguían con la misma boina que en invierno y se resguardaban en la pequeña sombra del casino,apelotonados buscando la ansiada umbría. Por la noche esperábamos que se hicieran las once para salir a tomar la fresca....Esas noches las vecinas ponían la sillas y los sillones.Ya habían perdido las prisas de la mañana,las anécdotas surgían,me gustaba quedarme dormida encima de mi abuela,cerrando los ojos con fuerza para que no me mandasen a la cama.Formar parte de aquel mundo era lo que yo ansiaba.Me parecían listas,se reían mucho y también había historias que se terminaban en silencio y me quedaba sin llegar al final .Sentía el olor de mi abuela,lo aspiraba y me dormia. Como el roble está latente en el fondo de la bellota, la plenitud de la persona
Intemperie...no lleva acento y encima sin él....es una palabra bonita y con un regusto triste. Respiro y controlo mi presente. Atada a lugares ,hábitos ,personas y cosas. Tuve otros decorados, otras respiraciones ,otros suspiros, pero ya no me acuerdo ,solo creo en lo que veo porque forma parte de mí . Su cuerpo se funde con el mío Y sé si sus riñones tienen frío. Si su espalda grita Si sus piernas tiemblan Si habla alto Si tiene ansiedad Si esta contento Si siente deseo Si necesita caricias Si, sólo es jugar Si, anhela distancia Si quiere otras manos Pero:¿ Dónde estamos, cuándo estamos dormidos? Siempre me preparas el desayuno y silbas. Mientras yo aún a esas horas ,no poseo el don de la palabra ,ves esa expresión ceñuda ,que nadie ve, fronteriza entre la vigilia y el sueño. Mi cuerpo desperezándose ,el cabello de punta, los ojos velados y obstinados ;.y los pensamientos sombríos. Pero: ¿Dónde estamos cuando estamos dormidos? Ayer M. estuvo hasta tarde tecleando, los dedos se