
Se habla regular de las sirenas...
Las sirenas (en griego antiguo Σειρήν Seirến, ‘encadenado’, seguramente inspirado en el sánscrito Kimera, ‘quimera’) son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado.
Ninfa marina con busto de mujer y cuerpo de ave, que extraviaba a los navegantes atrayéndolos con la dulzura de su canto. Algunos artistas la representan impropiamente con torso de mujer y parte inferior de pez. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición. Canto de sirena: discurso elaborado con palabras agradables y convincentes, pero que esconden alguna seducción o engaño.
En la Odisea (XII, 39), Ulises preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas tapándoles los oídos con cera. Hay una versión que me gusta mucho más: Kafka en el silencio de las sirenas: “Para guardarse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones mas fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con inocente alegría. Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas les hizo olvidar toda canción”.
Las sirenas aparecen también en algunos de los cuentos de Las mil y una noches. Así, en el titulado La ciudad de bronce1 leemos la siguiente descripción:
las dos hijas del mar [...] eran dos maravillosas criaturas de largos cabellos ondulados como las olas, de cara de luna y de senos admirables y redondos y duros cual guijarros marinos; pero desde el ombligo carecían de las suntuosidades carnales que generalmente son patrimonio de las hijas de los hombres, y las sustituían con un cuerpo de pez que se movía a derecha y a izquierda, de la propia manera que las mujeres cuando advierten que a su paso llaman la atención. Tenían la voz muy dulce, y su sonrisa resultaba encantadora; pero no comprendían ni hablaban ninguno de los idiomas conocidos, y contentábanse con responder únicamente con la sonrisa de sus ojos a todas las preguntas que se les dirigían.
Muy distinta es la sirena es el cuento de Hans Christian Andersen La Sirenita, capaz de entender y hablar la lengua de los hombres, pero condenada al silencio por su pacto con la bruja del mar.
INDECISIÓN.
¿La sirena era libra ?
¿ Donde dormiré ?
En la cama de sábanas blancas.
O en el fondo del mar.
Pensó-caviló- Pensó- cavilo
Y no durmió
¿ Qué comeré?
Pescaditos frescos
Almejas saladas
Asado crujiente
Pensó-caviló-pensó-cavilo
Y NO COMIÓ NADA
¿ Con quién haré el amor?
Con un hombre especial
Con un sirenio.
Pensó-cavilo-Pensó-cavilo
Y se quedo sola
Sentía dolor. Y enfermó
¿A quién llamaré ?
Al médico
Al biólogo marino
Pensó-caviló-pensó-caviló
Y a nadie llamó.
También elijo la versión de Kafka pues sin duda comparto su pensamiento, uno a veces utiliza las palabras o en este caso el canto de las sirenas pues va en búsqueda de una sutil escaramuza, que nos de la fortaleza para tomar los escudos y dejar nuestro paso natural, y esperar el ataque.
ResponderEliminarCuando ello ocurre cuando en vez de la estampida llega el mordaz silencio, nuestro posicionamiento para ilusorio o ridículo, y nos deja por demás expuestos. O podemos creer que fue nuestra previsión las que nos evito la coalición, nunca deja de asombrarme la capacidad de autoengaño del ser humano para no sentirse en ridículo
Besos querida Clara
Esmeralda
El relato es magistral, el poema me ha dejado de una pieza y muda.
ResponderEliminarEngarzan de una manera tan perfecta.
Orfebre de las letras, mi querida Clara, hoy has publicado una joya de valor incalculable.
O simplemente, ME FASCINÓ !!!
Como sea, es un placer pasar por aqui.
SIL.
Hola Clara, me ha encantado tu entrada. También prefiero quedarme con la versión de Kafka, de la que podemos sacar buenas metáforas para las relaciones, con el significado del silencio, aunque quedándome en el mundo mitológico, y con la fama que tienen de malvadas, me imagino a Orfeo acallando sus cantos con la lira.
ResponderEliminarComo siempre, un placer leerte
Muchos besos.
para mi las sirenas son agua que habla, canta, siente, emociona..tal vez sea el largo sueño del hombre por poseer lo imposible en uan mujer...besos.
ResponderEliminarEstupendo post. Te he añadido a mi blogroll para no perderme ni una. Besos.
ResponderEliminarClara, la sirena es un ser mitológico de aquellos que a veces se nos hace tan real. Esta dualidad anfibio-humano que tan bien relatas en el texto y que asume un final en cierto modo vacío por no poderse autodeterminar. Lo he disfrutado.
ResponderEliminarUn saludo, amiga.
La sirenita de Andersen, tan cursi en los dibujos de libros infantiles -aunque he de confesar que una de esas sirenitas rubias pintadas fue mi primer y platónico amor (en esto demostré mejor gusto que mi hijo, que se enamoró de la cerda Peggy viendo una película)- la sirenita, decía, es una historia terrible. Renunció con dolor a ser lo que era por amor, no llegó a ser lo que el príncipe esperaba de ella y al final, quizás por su indecisión o por su ceguera, NO SE COMIÓ NADA.
ResponderEliminarBS
los cantos de sirena, las palabras seductoras nos envuelven en una locura de pasión, atacan directamente al corazon, a la vulnerabilidad, a los deseos, a la parte que no controlamos de nosotros mismos, nos entregamos conscientes, de antemano, de que abrimos una puerta sin saber a donde nos llevará....El texto me ha hecho reflexionar...Mucho peor que unos cantos seductores son los silencios que no permiten crear, recrear y vivir con el alma y el cuerpo todas las pasiones imaginables... ese silencio cobarde y castigador que rompe cualquier vínculo...y no da la posibilidad de bajar de la locura y la ilusión a la realidad con esa sensación confortable que sólo se consigue si uno se siente acompañado por quien ama... qué maravilla sentirse siempre aompañado y no incomunicado e indeciso como las sirenas....
ResponderEliminarenhorabuena clara.
un beso
RRRMM
He tardado un poco, pq he estado fuera.
ResponderEliminarEsmeralda coincido contigo, a veces buscamos escudos, para lo que tememos, esto no se produce y nos quedamos con cara de tontorrones.BESOS MIL desde el frío...
Sil, me encanta que te fascine,siempre leo tus comentarios con esas carcajadas que surgen desde dentro.Te leo-leo. Y siempre aprendo.
ResponderEliminarUna abrazo grandote
Nikkita coincido con lo de kafka. En el mundo mitológico, aveces son un poco malillas,solo un poco.
ResponderEliminarMuchos besos
Juanjo-
ResponderEliminar:es un gusto que me añadas.Y un placer leerte.
Un abrazo
Fernando:
ResponderEliminarTodo comienza con el ensueño de alguien y tú en eso eres un artista. Besitos congelados...aprendiza e sirena
Rudy:
ResponderEliminarEs verdad¡ si uno se vive como dualidad,determinarse es dificil.
Saludos afectuosos
ANONIMO-RRMM
ResponderEliminarQué maravilla¡Me gusta como lo expones,las palabras seductoras,o peor el silencio,que nos empobrece y no nos deja ser. YO TAMBIÉN CREO, QUE LO MEJOR ES ESTAR ACOMPAÑADA sino cofortable,si superbien y lo predecible se convierte en armonia.
Carnets:
ResponderEliminarLo de tu hijo tiene gracia,aunque Peggy tenía su aquél... Y es verdad, son historias tristes y mágicas.
Un abrazo